CORAZÓN EMPRENDEDOR

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Uno de los libros más interesantes para entender el emprendimiento, es la Biblia, un manual de vida que cita en el libro de Eclesiastés 11:4 (versión DIOS HABLA HOY): “El que mira al viento, no siembra, y el que mira a las nubes, no cosecha”. Y es que no hay frase más real que esta. Nunca las condiciones serán cien por ciento perfectas, probablemente casi nunca tendrás todos los recursos, y necesitarás mucha más valentía que las ganas que hasta ahora has tenido para emprender ese sueño que tanto anhelas, esa meta que está a medio camino, incompleta, escondida en un baúl, esperando por ti.

Al momento de iniciar una vida emprendedora siempre sentirás miedo, siempre existirán incógnitas: ¿Será que lo lograré algún día?, ¿Podré alcanzar mi sueño?, muchas veces vemos limitaciones, familias sencillas, sin muchos recursos, sin historial de profesionales o ingenieros, en el árbol familiar, sin embargo, dentro de un corazón emprendedor, arde una llama fuerte, un deseo implacable por surgir, por aprender un oficio. El convertirse en un profesional, un oficio que honre el apellido y haga historia; todo esto tras el esfuerzo de una madre incansable que cada día repite al oído “tú puedes, tienes que ser mejor, tienes que intentarlo”.

Pueden pasar días, semanas o meses de mucho esfuerzo y lucha emocional, la economía deficiente economía en ocasiones se convierte en una excusa de nuestra mente. La duda, el temor al fracaso, el entorno, pero en medio de tanta confusión se debe entender lo que Paulo Coelho citó alguna vez “El peor enemigo que puedes llegar a tener eres tú mismo”. Entendamos que nuestro mayor obstáculo somos nosotros mismos. Somos nosotros los que saboteamos nuestros propios sueños, los que conocemos nuestras debilidades y las puede usar en nuestra contra.

Siempre hay una decisión que tomar: seguir siendo la víctima de nuestros propios temores o atreverse a ir tras los sueños, aun con temor, pero no permitiendo que ese temor nos paralice. 

Emprendamos la carrera de motivación más importante de toda tu vida, la personal, la propia. Cada mañana al verte al espejo di a ti mismo: “Vamos, tú puedes, hoy será un gran día, hoy avanzamos un escalón en la escalera hacia la realización de tu sueño, ningún obstáculo es más grande que los deseos de superación que tenemos”.

Aprende a declarar sobre tu vida lo que la biblia dice que eres y que puedo hacer: 

“Eres un hijo de Dios, amado con amor eterno del padre”, “Todo lo puedes en Cristo que te fortalece”. Filipenses 4:13.

Cada examen final, materia aprobada y semestre finalizado, que sea una experiencia que logres con constancia y disciplina, enfocando todos tus pequeños esfuerzos diarios en la meta. Disfruta cada examen aprobado, y levanta el ánimo cuando fracasas en algún proyecto.

Hoy he logrado muchas cosas, ¿mi secreto? Lo que aún sigo haciendo es levantarme todos los días y decirme a mí misma: “Vamos Emi, tú puedes, porque yo creo en ti”.

No dejes de soñar, actuar se vuelve esencial… INSPÍRATE 

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